El país de las maravillas

Me voy de vacaciones la semana que viene. A Uruguay y Brasil a ver a mi hermano pequeño... me apetece un montón pero también me da mucha pereza dejar mi tranquila vidilla, y mi gato, y he hecho malabarismos para cuadrar los horarios de mis diversos trabajos y todavía me falta la traca final, que es "fugarme" de la editorial tres horas antes para coger el tren y lo mejor, la peazo bola que voy a soltar cuando vuelva.

Esa es una de mis especialidades, soltar bolas incríbles en beneficio propio: un año les dije a los del curro que el avión que me tenía que traer de vuelte desde Tenerife había tenido problemas para despegar y nos habían cambiado el vuelo para el día siguiente (mentira podrida); otra vez me inventé un billete de avión inexistente para poder irme de vacaciones en las fechas que yo quería (me costó sudor y lágrimas, pero lo conseguí) y este año, me voy a sacar de la manga un retraso en el vuelo, que me obligará a llegar 3 horas tarde al trabajo. Soy un poco rastrera, pero es que el hábil de mi jefe nos ha distribuido a su antojo los días de las vacaciones y ya no me puedo coger más días, que tengo un viaje pendiente para abril...

Y me llevo la cámara de la empresa, y las chanclas, y la mochila, y un estupenda guía que he visto en una libreía va a ser mía mañana. Y voy a tener dos veranos este año. Y estoy contenta.